María Luisa Braña
La Ñ, un camino de identidad.
Agosto 2022
María Luisa Braña

Ya sea en una pila bautismal o en el registro civil, nuestros padres nos asignan, al nacer, un nombre. Un nombre que nos identifica, o no, pero que constituye un derecho. Nuestro nombre propio nos da identidad, nos permite acceder a un sistema de salud, a la educación formal y con nuestro DNI podemos votar.
Mi nombre es María Luisa Braña. María Luisa por mi abuela materna, una mujer campesina de los pagos de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires. Y Braña por mi abuelo paterno José Braña, un carpintero que llegó desde Oviedo, Asturias, España. Mi nombre es parte de mi legado familiar. A mi me gusta. Y además, mi apellido contiene una letra muy particular, y a la que quiero hacer referencia: la letra Ñ.
Braña con Ñ, esa letra maravillosa formada por la letra N con un sombrero llamado virgulilla. Es la decimoquinta letra del alfabeto español y también forma parte de otros alfabetos como el gallego, guaraní, quechua y el asturiano, de donde proviene mi abuelo paterno. Cuantas palabras recuerdan con la letra Ñ? algún verbo, algún nombre de una calle… ñoqui, ñandú, garrapiñada, alguna, más? Hay más de 15.700 palabras en castellano que contienen la letra Ñ, y 350 comienzan con esa consonante de sonido nasal.
La letra Ñ nos permite soñar, acompañar, enseñar. La letra Ñ forma parte de nuestro hablar cotidiano, nos identifica, en el alfabeto español la Ñ nos hace únicos en relación con otros alfabetos, es solo nuestra, forma parte de nuestra identidad. La letra Ñ posee una singularidad respecto a otras lenguas, es una letra única que nos identifica y es un ícono gráfico de la lengua castellana.
Pero, ¿qué pasa cuando algunas herramientas digitales concebidas desde otros alfabetos no nos permiten escribirla?

En la década de los 90, en Europa, por exigencia de la por entonces Comunidad Económica Europea, se elimina la Ñ de los teclados de las computadoras para unificar la producción. Y ahí comienza mi pesadilla. Unificar, homogeneizar, perder eso que nos hace únicos. Y la letra Ñ, junto con tildes y diéresis se eliminaron de las direcciones de correo electrónico, de los dominios web, de los formularios, etc. Ahora, cuando voy a un consultorio y quiero hacerme un estudio, en lugar de la Ñ se escribe algún “simbolito”, o se deja el hueco vacío, o se le elimina la virgulilla. ¿Saben qué significa mi apellido? Braña significa “lugar en el que pasta el ganado en verano” y proviene de los campos de Asturias, donde nacieron mis abuelos. Y Brana sin Ñ significa: Las branas son entidades físicas conjeturadas por la teoría M y su vástago, la cosmología de branas. En la teoría M, se postula la existencia de p-branas y d-branas (ambos nombres provienen parasintéticamente de "membrana") ….. El significado cambia considerablemente.

Según la UNESCO, la lengua, nuestra forma de hablar, nuestras expresiones verbales, forman parte de nuestro patrimonio cultural intangible y nuestro alfabeto, en este caso el castellano, nuestro patrimonio cultural tangible. Así como nuestro nombre forma parte de nuestra identidad, la letra Ñ nos identifica en nuestro alfabeto castellano, como nuestras formas de hablar: che, ahre, yipear, bolonqui. ¿cuales son esas palabras que a ustedes los identifican? Y también nos identifican nuestras formas de vestir, de bailar y de llevar el pelo. Nuestra lengua y nuestro alfabeto nos atraviesan. Y a mí la letra Ñ me define, y es parte de mi historia familiar. Yo no quiero resignarme a perderla, no quiero escribir un simbolito en mi apellido, en lugar de la letra Ñ, no quiero cambiar el significado de mi apellido. Me pregunto qué hubiera pasado si a mi abuelo, al llegar al Puerto de Buenos Aires, el siglo pasado, le hubieran dibujado un simbolito en vez de una Ñ, o le hubieran dejado el hueco.

Entonces, retomando la pregunta del comienzo ¿qué pasa cuando algunas herramientas digitales concebidas desde otros alfabetos no nos permiten escribirla? ¿ qué vamos a hacer si no nos permiten escribir la letra Ñ? Si no podemos escribirla en algunas plataformas digitales, al menos no la olvidemos, no la pongamos en desuso. Tengamos bien en claro cuáles son esas palabras únicas en nuestro hablar cotidiano que nos identifican como hispanoparlantes.
Sin la Ñ no hay otoño, ni mañana ni año nuevo! Sin la Ñ la peña es una pena, sin la Ñ soy María Luisa Brana, sin sombrero.
